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Argentina: Buenos Aires

Plaza de Mayo

La Plaza de Mayo, sitio fundacional de la Ciudad de Buenos Aires, nació de la unión de las plazas de la Victoria y del Fuerte, al demoler en 1884, una construcción llamada Recova Vieja que las separaba. En su entorno se encuentran varios de los principales monumentos y puntos de interés: el Cabildo histórico, la Casa Rosada, la Catedral Metropolitana, el edificio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Edificio de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la casa central del Banco Nación.

El 25 de mayo de 1941 la Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos hizo colocar una placa de bronce sobre el borde del cantero donde se encuentra la Pirámide de Mayo con una leyenda que sintetiza su historia:

«En esta Plaza Histórica el fundador Juan de Garay plantó el símbolo de la justicia el 11 de junio de 1580. La Plaza Mayor fue desde entonces el centro de la vida ciudadana donde el pueblo celebró sus actos más solemnes como sus fiestas y expansiones colectivas. La Reconquista y la Defensa de la ciudad culminaron en la Plaza Mayor que se denominó Plaza de la Victoria. En 1810 fue el glorioso escenario de la Revolución de Mayo y en 1811 levantose en ella la Pirámide conmemorativa de la fecha patria: hechos trascendentales de la Historia Argentina se sucedieron en la Plaza de la Victoria. Aquí el pueblo de Buenos Aires juró la Independencia de la patria el 13 de septiembre de 1816 y la Constitución Nacional el 21 de octubre de 1860. El edificio de la Recova Vieja, demolida en 1884 fue un rasgo característico en los tiempos de la Independencia y de la Organización Nacional».

El primer uso que se le dio a la plaza fue el 11 de junio de 1580, día de la fundación de Buenos Aires, cuando Juan de Garay y los 64 pobladores se trasladaron al centro del solar que correspondía a la Plaza Mayor (o Plaza Grande) y en el fijaron el rollo o árbol llamado de la justicia. Este era un tronco de árbol que se clavaba y servía de símbolo de la justicia que se impartiría en nombre de Su Majestad el Rey de Castilla y de las Indias. En él se colocaban los bandos y disposiciones reales. Juan de Garay destinó a plaza pública un cuadrado de 140 varas, que era la mitad del actual tamaño de la Plaza de Mayo (2 ha). La Plaza ocupaba la manzana comprendida entre las calles que en la actualidad se llaman Avenida Rivadavia, Hipólito Yrigoyen, Bolívar y Defensa.

Fue sitio de encuentro y el primer mercado de Buenos Aires en el que sobre mantas o ponchos y luego sobre cajones o puestos de feria los comerciantes realizaban sus ventas. En ella se leían los edictos reales, se celebraban todo tipo de fiestas, procesiones, juegos, torneos, corridas de toros, etc.

La manzana se la dio en propiedad al Adelantado Torres de Vera y Aragón quien jamás edificó en ella, dejándola en total abandono hasta que en 1608. Еn ese año los padres jesuitas se posesionaron de la parte norte y levantaron una capillita y unos ranchos, orígenes del templo de San Ignacio.

Dos años después, el gobernador Juan Alonso de Vera y Zárate, heredero de Torres de Vera y Aragón, hizo levantar unas casas de viviendas frente a la capilla, quedando separadas de ésta por un callejón. Pero quien las construyó no recibió la paga estipulada por lo que acusó al gobernador, quien al perder el juicio tuvo que rematar el terreno que le pertenecía y venderlo en 1634 a don Pedro de Rojas y Acevedo, cuya viuda la donó en 1645 a los jesuitas. En 1649 los herederos de Vera y Zárate cedieron sus derechos a los mismos padres, con lo que éstos vinieron a quedar dueños legales de toda la manzana.

Pero como los edificios, además de su fealdad, obstruían el campo de tiro de la Fortaleza que estaba instalada al este, frente la costa del Río de la Plata, e impedían maniobrar a la artillería en caso de ataque, el gobernador don Alonso Mercado y Villacorta resolvió comprarles en 1661 la manzana en cuestión y demoler las construcciones existentes. De esta manera quedó un nuevo terreno entre el Fuerte y la Plaza Mayor al que se denominó Plaza de Armas, y que era un simple hueco o baldío. Sin embargo, las paredes de adobe de la iglesia continuaron allí. A partir de 1695 vivía allí el Fiel Ejecutor que debía cuidar que los productos que se vendían en la plaza tuvieran el peso y precio que les correspondía. En 1717 también sirvieron como cochera de las autoridades eclesiásticas y años después también como cochera de gobernadores y de virreyes. En 1800 el estado de la construcción era deplorable y se demolió recién en 1822, quedando un terreno sin un solo árbol, que era cruzado por personas caballos y carros y se convertía en un lodazal con las lluvias.

En 1763, el acaudalado don Francisco álvarez Campana propuso al entonces gobernador Pedro de Cevallos construir por su cuenta una recova que dividiera en dos mitades a la plaza y fuera destinada a comercios y puestos para la venta. Pero fue recién en 1803 que se comenzaron los trabajos. La construcción se realizó con ladrillos cocidos que por primera vez fueron fabricados del mismo tamaño para toda la construcción, lo que resultó ser una novedad ya que hasta ese entonces no se tenía ese cuidado. La formaban cuarenta cuartos cuyas puertas miraban la mitad hacia el este y la otra mitad hacia el oeste. Al principio constaba de dos cuerpos separados por un callejón, cada uno de ellos formado por 11 arcos, pero en 1804 se unieron por un gran arco central al que se dio en llamarse de los Virreyes y que rompió la monotonía del conjunto.

De esta manera la plaza quedó dividida por esta construcción que se extendía de norte a sur. No tenía los servicios de higiene elemental y en ella se instalaron todo tipo de negocios, desde zapatería a ropa pasando por carne y verduras.

Durante las Invasiones inglesas, la plaza, entonces dividida en dos por la Recova, fue escenario principal de la lucha entre porteños y británicos. En efecto: el 12 de agosto de 1806 las fuerzas británicas fueron acorraladas y vencidas en la Plaza del Fuerte por las tropas reconquistadoras. Ese día, el pueblo agolpado en la Plaza Mayor se precipitó hacia el fuerte para comprobar la cesación del fuego, exigiendo a gritos que, en lugar de la bandera blanca de parlamento cuyo significado no comprendía, fuera izada la española en señal de rendición. El 20 de agosto el enemigo depuso las armas y entregó su bandera al pie del arco central de la Recova. En 1807, durante la segunda invasión británica, la plaza fue parte del escenario de la defensa de la ciudad contra las tropas enemigas. La Plaza Mayor comienza desde entonces a llamarse Plaza de la Victoria.

La otra parte frente al fuerte, donde actualmente se halla la Casa de Gobierno o Rosada, fue llamada Plaza del Fuerte, de Armas, del Mercado, y en 1811, 25 de Mayo. Se trataba de un terreno sin árboles en el que se estacionaban los carros que vendían frutas, verduras, pescados y velas.

El 25 de mayo de 1811, como parte del programa de festejos para conmemorar el primer aniversario de la Revolución de Mayo, se resolvió erigir, en el centro de la Plaza de la Victoria, una construcción de ladrillos, hueca, parecida a un obelisco, pero que a pesar de tener dicha forma con el tiempo se la conoció con el nombre de Pirámide de Mayo.

En 1818 se inició la construcción de otra recova, con lo cual la anterior pasó a llamarse Recova Vieja.

En 1856 Prilidiano Pueyrredón remozó la Pirámide, en aquel entonces situada en el medio de la Plaza de la Victoria, revistiéndola con ladrillos y argamasa y colocándole una estatua de la Libertad en su ápice. También, en la misma plaza, instaló asientos, pavimentó, formó jardines y plantó trescientos paraísos (melia azedarach) en hilera. Este nuevo modelo para la Plaza de la Victoria, que la transformaba en un espacio verde de esparcimiento y distracción y dejaba para la historia su uso comercial, fue inmediatamente imitado en las demás plazas de la ciudad. El 25 de mayo se iluminó con gas el Cabildo, La Catedral, la Municipalidad, La Recova y el Fuerte.

En los dos años siguientes se empedró la vereda en todo su contorno y frente a la Catedral con piedra importada de Brasil y se colocaron los primeros bancos o poyitos de ladrillo. Al poco tiempo, a pedido de la población, se agregaron otros de mármol blanco.

Durante la época de Juan Manuel de Rosas el país atravesaba serias dificultades económicas motivo por el cual se sacaron a venta pública varias propiedades del estado, entre las que se encontraba la Recova Vieja. 29 de septiembre de 1836 la compró don Tomás de Anchorena. Permaneció en poder de esa familia hasta 1883. En este año el intendente Torcuato de Alvear solicitó al arquitecto Juan Antonio Buschiazzo su demolición como parte de varias modificaciones que se efectuaron a la plaza con la idea de convertirla en un lugar más apto para las necesidades de la población y de su importancia, tanto política como social. Fue demolida en 1884, en nueve días. Años más tarde la familia Anchorena ganó un juicio por el cual la Municipalidad debió compensarla con una alta cifra de dinero.

Fue así como a partir del 17 de mayo de 1884 las dos plazas quedaron unidas bajo la denominación única de Plaza de Mayo.

En 1870, se nombró una comisión encargada de erigir un Monumento ecuestre al General Manuel Belgrano. También en 1870 se emplazaron al este y oeste de la Pirámide, dos fuentes. Se encontraban protegidas por rejas asentadas en un diseño octogonal, colocándose un farol en cada ángulo. éstas fueron recibidas con críticas entre otras razones porque al carecerse de agua corriente las mismas permanecían secas, sirviendo sólo de adorno. Posteriormente fueron retiradas e instaladas en la intersección de las avenidas 9 de Julio y Córdoba donde permanecen hasta hoy dia.

En 1882 se propuso reemplazar los paraísos plantados por Pueyrredón por palmeras. Hubo muchas discusiones con respecto a este cambio, pero finalmente el reemplazo se concretó con palmeras traídas de Río de Janeiro.

El 9 de julio de 1894 se inauguró la Avenida de Mayo, arteria que une desde entonces a la Plaza de Mayo con la Plaza del Congreso.

Hacia fines de siglo la plaza sufrió otra profunda remodelación por obra del ingeniero Carlos Thays quien trasplantó algunas de las palmeras llevándolas al Parque 3 de Febrero y a su vez trajo de éste algunos árboles plátanos. Renovó los canteros, placas y rejas; y creo los caminos en cruz. Para este entonces ya se había inaugurado el alumbrado eléctrico.

En 1904 se agregaron a la plaza estanques circulares con iluminación y en 1906 se proyectó para el Centenario de la Revolución de Mayo un monumento en el centro de la plaza, con la idea de que contuviera a la Pirámide de Mayo.

En efecto, hacia 1883 el intendente Torcuato de Alvear había tenido la firme idea de demoler la Pirámide para reemplazarla por un monumento conmemorativo que fuera "más digno", pero al año siguiente el Concejo Deliberante había accedido con la condición de que dicho monumento contuviera a la pirámide, sin dañarla. La idea no prosperó, pero en 1899 el intendente Adolfo Bullrich volvió a insistir con la idea y con trasladar la Pirámide de Mayo, que aún se encontraba en el medio de lo que había sido la Plaza Victoria, al centro de la plaza, donde ahora había un espacio libre, resultado de haber retirado las fuentes mencionadas anteriormente. Sin embargo, una vez más todo quedó en la nada hasta 1906. Después de muchos años – en 1912 - el mencionado traslado de la pirámide se llevó a cabo.

En 1929 se amplió la calzada y se dispuso la construcción de veredas de cinco metros de ancho. Para facilitar la caminata de los peatones y como elemento estético se le realizaron senderos de mosaico blanco bordeados de ladrillo de máquina Se ubicaron en las esquinas de la plaza farolas de cinco luces y de dos en los perímetros.

En 1977 tuvo lugar otra modificación. Así quedaron instalados jardines que ocuparon tres mil metros cuadrados y caminos de seis metros de. También se cambiaron las baldosas blancas por otras de marrón claro. Se instalaron cuatro fuentes que poseen un sistema electrónico de juegos de agua rodeando a la Pirámide. Por último se instaló un sistema de riego por aspersión.

Desde el 30 de abril de 1977 es aquí donde las Madres de Plaza de Mayo se han reunido cada jueves para realizar una caminata alrededor de la Pirámide, con carteles y fotos de sus hijos desaparecidos por los militares durante la guerra sucia.

El 10 de marzo de 2005 la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sancionó la ley 1.653 que declaró Sitio Histórico al área que rodea a la Pirámide de Mayo, espacio en el cual se pintaron con blanco las representaciones de los pañuelos que las Madres de Plaza de Mayo utilizan atados alrededor de sus cabezas para identificarse y pedir justicia por sus hijos desaparecidos.

Datos curiosos:

El "Hueco de las ánimas"

Según la superstición popular, existió en la Plaza de la Victoria, en la esquina de las actuales calles Reconquista y Rivadavia (actual solar del Banco de la Nación Argentina), una cueva de Salamanca, o sea, un lugar en donde el diablo y seres demoníacos celebraban aquelarres. En efecto, construcciones inconclusas habían dejado en el mencionado solar pozos y excavaciones que en el siglo XIII se conocieron como Hueco de las ánimas. En ellos se refugiaban pordioseros y vagos y en las noches se convertían en una oscura y tétrica cueva, que por inferencia el porteño consideró una cueva de salamanca. En 1857, al construirse el primer Teatro Colón en ese lugar, el Hueco desapareció para siempre.

Фотоальбом "Майская площадь"

Descargar el libro "Pequeñas historia de la Plaza, el Cabilgo y la gente" (en español).

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