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Argentina: Buenos Aires

El Obelisco

El obelisco de Buenos Aires es un Monumento Histórico Nacional e ícono de la ciudad – es el Monumento más famoso de la capital argentina.

El Obelisco fue el homenaje de Buenos Aires al Cuarto Centenario de su Primera Fundación (la ciudad fue fundada por Don Pedro de Mendoza, con el primer nombre de Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de Santa María de los Buenos Aires).

Cuenta la historia que el 3 de Febrero de 1936, el Intendente Municipal Mariano de Vedia y Mitre (nombrado en la presidencia de Agustín Pedro Justo) emite un Decreto que establecía la construcción de una obra conmemorativa del cuarto centenario de la primera fundación de la Ciudad de Buenos Aires.

La obra comenzó el 20 de marzo de 1936 y fue inaugurada el 23 de mayo de ese año. Fue diseñado por el arquitecto Alberto Prebisch (uno de los principales arquitectos del modernismo argentino).

Con respecto al motivo de la forma del monumento Prebisch dijo: “Se adoptó esta simple y honesta forma geométrica porque es la forma de los obeliscos tradicionales... Se le llamó Obelisco porque había que llamarlo de alguna manera. Yo reivindico para mi el derecho de llamarle de un modo más general y genérico «Monumento»....”

Fue emplazado en el sitio exacto donde flameó por primera vez en la ciudad la Bandera Nacional (en la torre de la iglesia de San Nicolás de Bari, el 23 de agosto de 1812), y se inauguró formalmente el 23 de mayo de 1936 a las 3 de la tarde. Dicha iglesia fue demolida con motivo de la construcción del Obelisco. Junto con la iglesia se derribaron cerca de cien edificios para dar paso al ensanchamiento de la Avenida 9 de Julio que en aquél entonces se llamaba Avenida Norte Sur.

En 1936, las cuadrillas municipales ya habían abierto un gigantesco hueco en pleno Buenos Aires por donde pasaría la avenida 9 de Julio, "la más ancha del mundo". En el medio de ese claro que había dado por tierra con viejos cafetines y teatros de varieté, en el cruce con la avenida Corrientes, se construyó la Plaza de la República. Y allí, como un gran mojón que cortaba a Corrientes se levantó el Obelisco.

La construcción del obelisco estuvo a cargo de la empresa alemana G.E.O.P.E.- Siemens Bauunion - Grun & Bilfinger, la cual finalizó su obra en el tiempo record de 31 días (debiendo salvar las dificultades que significaban los túneles del subterráneo mediante la construcción de bóvedas en su fundamento), para la que empleó a 157 obreros.

Justamente por debajo del Obelisco corren dos líneas de subterráneos superpuestos, la B y la D. El tendido de la línea del subte «B» favoreció la construcción del monumento, pues facilitó la colocación de los cimientos sobre los túneles formándose la base de hormigón de 20 m de lado y 1,50 m de altura sobre vigas de 1,80 m de alto que se apoyan en los costados sobre zapatas del mismo material. La losa plana del techo del túnel del subte permite el paso de la losa de fundación del obelisco.

Maximizando el aprovechamiento del tiempo se utilizó cemento Incor de endurecimiento rápido y se fue construyendo por secciones de 2 metros para facilitar el volcado del hormigón.

Las críticas comenzaron a volar en cuanto se anunció su construcción, especialmente de parte de los conservadores; se cuestionó el presupuesto y hasta hubo acusaciones de supuestos actos de corrupción. Así y todo se llamó arquitecto Alberto Prebish para que resolviera con elegancia y monumentalidad el triple cruce de dos de las más importantes avenidas de la ciudad.

Este ícono de la ciudad al que hoy nadie se atreve a criticarlo fue eje de discusiones y polémicas. La picardía popular lo bautizó como "Pinchapapeles de acero y cemento", "feo punzón", "tachuela monumental", "armatoste monstruoso", "zángano", "fea estaca" y hasta ha recibido canticos como el que decía
"En la Avenida 9 de Julio
hay una piedra parada
la llaman el Obelisco
y no sirve para nada".

Esta polémica tuvo su punto álgido cuando en el año 1938 se desprendieron algunas lajas de él. El Obelisco estaba revestido con una lajas muy bonitas, pero justo después de un acto en el que estaba el presidente Ortiz (en la noche del 20 al 21 de junio de 1938) se cayeron y se destruyeron en medio de la calle (algunos dices que los movimientos del subte provocaron numerosos desprendimientos).

En ese entonces, con motivo de ello, el Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires por Ordenanza numero 10.251, sanciona la demolición del Obelisco, aduciendo razones económicas, estéticas y de seguridad pública (por 23 votos contra 3). Pero esta Ordenanza de la Ciudad nunca llegó a cumplimentarse en virtud porque nuevo Intendente de la ciudad Arturo Goyeneche (que ocupó ese puesto 20 de febrero de 1938) veta la ordenanza, caracterizándola como un acto carente de valor y contenido jurídico, ya que se trataba de un monumento bajo jurisdicción y custodia de la Nación, a cuyo patrimonio pertenece (siendo un Monumento Histórico Nacional).

En 1943 se decidió eliminar el revestimiento viejo, y se lo reemplazó por uno de cemento pulido realizándole hendiduras que simulan las juntas de las piedras. Al quitarse las lajas no se tuvo en cuenta que se retiró una leyenda que decía «Alberto Prebisch fue su arquitecto».

Sin embargo, a partir de su inauguración se acallaron todas las voces que lo desprestigiaron antes de nacer. Quedaron algunas, muy pocas, que insistían pidiendo su demolición. Pero el Obelisco se fue imponiendo por la sola razón de su presencia. Los ciudadanos comenzaron a mirarlo con buenos ojos. Lo sintieron como a un amigo, como un habitante más de la ciudad. Hoy el Obelisco es el centro de reuniones, festejos, espectáculos y eventos de importancia internacional.

Pocos saben que el Obelisco tiene una dirección y un número de puerta: Avenida Corrientes, 1066. Está emplazado en Plaza de la República, casi exactamente en el vértice que forman las avenidas 9 de Julio, de 140 metros de ancho, Diagonal Norte, de 33 metros y la Avenida Corrientes, también de 33 metros de ancho.

A lo largo de a historia El Obelisco sufrió varios cambios para facilitar el tránsito:
- Para su inauguración en 1936 la forma de su plazoleta era circular coincidente con el ensanche de la avenida Corrientes.
- En 1962 la plazoleta se convirtió en una elipse de 200 metros (su eje mayor), para facilitar el cruce peatonal de la avenida.
- En 1971, se abrieron cuatro franjas laterales, para el paso vehicular.
- En 1987 el monumento fue rodearon una reja que lo protege de los graffitis.

La estructura visible del Obelisco tiene una longitud de 67 metros y medio en su totalidad, 7 por 7 metros de base, y hasta la iniciación del ápice 63 metros. El ápice, que mide 4,5 metros, tiene en su parte mayor 3,5 metros de lado.

Por dentro, es una estructura hueca y la única forma de llegar hasta la cima es por una escalera recta y sin baranda de 206 peldaños de hierro. En algún momento se pensó acondicionar su interior como lugar turístico, por eso en cada uno de los siete descansos que tiene cuenta con una abertura por la que pasaría un ascensor (tiene 7 descansos cada 8 m y uno a 6 m).

El Obelisco tiene puerta de entrada en su base y cuatro ventanas en su ápice (cada una de ellas posee una cortina metálica). ésta parte superior ha sido iluminada (dispone de iluminación eléctrica) por fuera años después de su construcción. Su interior dispone de iluminación eléctrica. Y aunque resulta invisible dada su altura, el Obelisco está provisto de un pararrayos muy pequeño, cuyos cables corren por el interior. En la punta hay una pequeña habitación que es visitada sólo por tareas de mantenimiento.

El Obelisco pesa 170 toneladas. Para su construcción, que costó 200.000 Pesos Moneda Nacional, se utilizaron 680 m? de cemento y 1360 m? de piedra blanca Olaen de Córdoba.

En el frente que da al lado sur, en su base, en un muy pequeño rectángulo, se encuentra escrito un soneto de Baldomero Fernández Moreno, que escribió durante una cena de homenaje en el Alvear Palace Hotel a Prebisch (según la anécdota lo escribió en una servilleta y se lo entregó a su esposa):

El Obelisco

Donde tenía la ciudad guardada
esta espada de plata refulgente
desenvainada repentinamente
y a los cielos azules asestada?

Ahora puede lanzarse la mirada
harta de andar rastrera y penitente
piedra arriba hacia el Sol omnipotente
y descender espiritualizada.

Rayo de luna o desgarrón de viento
en símbolo cuajado y monumento
índice, surtidor, llama, palmera.

La estrella arriba y la centella abajo,
que la idea, el ensueño y el trabajo
giren a tus pies, devanedera.

Las inscripciones de las cuartas caras del Obelisco recuerdan ciertos hechos historicos...

Frente norte

En este sitio
en la torre de San Nicolás
fue izada por primera vez
en la ciudad
la Bandera Nacional
el XXIII de agosto de
MDCCCXII.

Frente oeste

Capital Federal
Ley dictada por el Congreso Nacional
el XX de setiembre de MDCCCLXXX
a iniciativa del Presidente
Nicolás Avellaneda
Decreto del Presidente Julio A. Roca
VI de diciembre de MDCCCLXXX.

Frente sur

Segunda Fundación por
Juan de Garay
XI de junio de MDLXXX.

Frente este

Buenos Aires
a la República

En el IV Centenario de la fundación
de la ciudad por
Don Pedro de Mendoza.
II de Febrero de MDXXXVI.

Dice la leyenda que hay una caja de hierro, ubicada en el extremo superior e interior de la punta, con una foto del jefe de máquinas de la constructora y su esposa, junto con un texto (desconocido) dirigido a quien demuela el monumento.

Si tiene la suerte de visitar Buenos Aires, no olvide darse una vuelta por el centro de la ciudad: allí, el enorme Obelisco estará esperándole para salir, una vez más, en una de las clásicas fotografías que casi todos los turistas se llevan como recuerdo...

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