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Argentina: Buenos Aires
Cementerio de La Recoleta: Domingo Faustino Sarmiento
Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) – Escritor, congresista y Presidente de la Nación. Su mayor preocupación fue la educación. Por este motivo trajo al país maestras extranjeras, en su mayoría estadounidenses. Murió en Paraguay. Sus restos fueron repatriados por barco y recibidos con todos los honores. Algunos dicen que él mismo diseño su tumba con ideas masónicas, aunque se considera que eso hizo su hija Ana Faustina Sarmiento de Belín cuyos restos también descansan en la misma bóveda.
Sobre un podio de base cuadrangular revestido en mosaico se yergue un obelisco coronado por un cóndor realizado en bronce en cuya base se encuentra la siguiente inscripción : “Civilización y Barbarie”. En la cripta, a la cual se accede descendiendo por una escalera de mármol, se visualiza un altar dentro del cual descansan los restos del ilustre sanjuanino.
Dichos trabajos fueron realizados por el escultor italiano Victor de Pol. Este artista dejó abundante obra pudiendo mencionarse como la más conocida el carro romano que observamos por encima del frontis del Congreso Nacional.
Sarmiento fue fundador de la Escuela Naval y de la Militar, y también periodista. Fue Gobernador de su provincia y Presidente de la Nación en el período 1868-1874.
Durante su exilio en Chile que empezó el 1839 (por razones políticas y por no compartir las ideas del entonces gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas) Sarmiento ejerció los más diversos oficios: escenógrafo, minero, mozo y periodista. También trabajó en una chacra, cuyo dueño compentó una vez: “Tengo un capataz loco que se pasa horas leyendo en voz alta entre los árboles. Cuando se le pregunta qué lee, dice que está estudiando para ser presidente de la Argentina”.
En 1845, Sarmiento publicó en Chile "Facundo", su libro más famoso. Rosas había prohibido que en Argentina se leyeran las cosas que él escribía pero Sarmiento logró esquivar la prohibición: hizo entrar decenas de ejemplares en un paquete rociado con Azafétida, un medicamento de un olor horrible, acompañado por una carta en la que decía que contenía medicamentos contra la coqueluche (una enfermedad muy contagiosa que se conoce con el nombre de tos convulsa). Ningún empleado de correo se atrevió a abrirlo y así comenzaron a circular los primeros ejemplares de “Facundo” en Argentina.
Domingo F. Sarmiento – que en 1856 era Inspector General de Escuelas – siempre ponía mucha atención a literatura y educación. Un día en una habitual recorrida llegó a un establecimiento y comprobó que los alumnos eran buenos en geografía, historia y matemáticas pero flojos en gramática y se lo hizo saber al maestro. éste, asombrado, le dijo: “No creo que sean importantes los signos de puntuación”. “-'¡Que no!... -respondió Sarmiento-. 'Le daré un ejemplo”. Tomó una tiza y escribió en el pizarrón: "El maestro dice, el inspector es un ignorante". 'Yo nunca diría eso de usted, señor Sarmiento', - le dijo el maestro. “”Pues yo sí', - dijo Sarmiento tomando una tiza y cambiando de lugar la coma. La frase quedó así: "El maestro, dice el inspector, es un ignorante."
Finalmente Sarmiento fue elegido presidente de Argentina pero en ese instante él se encontraba en Estados Unidos como ministro plenipotenciario. En Julio de 1868 – sin conocer le do su presidencia – empezó el regreso a su país natal y supo la noticia solamente estando en Brasil. Así en Salvador de Bahía lo recibieron con una protocolar salva de veintiun cañonazos. Tras una auscensia de siete años, regreso a Argentina en agosto de 1868.
Su vida se termino en 1888 por una enfermedad que padecía. Sarmiento pidió que su habitación en el hotel donde estaba en Asunción del Paraguay() decoraran con jasmines y diamelas, las flores preferidas de su gran amor, Aurelia Velez Sársfield. No recibía visitas de nadie que no sea miembro de su familia. 11 de septiembre Sarmiento falleció. Cerca de ocho mil personas se acercaron al Puerto de la capital paraguaya para darle el ultimo adios. 20 de septiembre el cortejo fúnebre llegó a Buenos Aires. Su féretro estaba cubierto con las banderas de Argentina, Paraguay, Uruguay y Chile – los cuatro paises donde había vivido.
